Los Lanceros del Pantano

Ensayo General, Monumento Lanceros del Pantano de Vargas, Paipa, Boyacá (Foto de Adriana Cabrera Velásquez)


El monumento Lanceros del Pantano de Vargas, fue erigido por Rodrigo Arenas Betancourt en el año de 1969 en el Municipio de Paipa, con motivo del aniversario número ciento cincuenta de la batalla preámbulo de la estocada final del ejército libertador a los españoles en el Puente de Boyacá dos semanas después.

Cuando uno viene a Paipa como turista, el paseo al monumento a escuchar la saga de la batalla y a tomarse fotos con los catorce lanceros de metal es toda una obligación. 

Cuando uno vive en Paipa el monumento es como un amigo más, sobre todo si uno es ciclista, pues la subida de ocho kilómetros del centro de la ciudad hasta el sitio histórico es uno de los primeros retos a lograr para los que iniciamos nuestra incursión en este deporte. 

Para los que ya llevamos un tiempo montados en la cicla, el monumento es aquel parcero que siempre nos espera en la cima de la primera parada, sin importar que llueva, que haya niebla, que esté oscuro, o que la temperatura alcance grados bajo cero a tempranas horas de la mañana.

Llegar en cicla hasta el Pantano de Vargas varias veces a la semana puede que nos despoje del asombro que sienten los visitantes al ver semejante mole de cemento cargando catorce jinetes llaneros de tres toneladas de peso cada uno, que parecen levitar en el cielo sostenidos de quién sabe qué cosa que sólo es posible gracias a la intervención de Dios. 

De lo que no nos despoja, y que tal vez pasa desapercibido para el visitante ocasional, es de saber que en esa región vive una gente bonita que estudia, trabaja, atiende su ganado, va a la biblioteca, va a misa los domingos, hace cola en el banco para pagar sus cuentas y monta bicicleta. El Pantano de Vargas no es sólo una gran estatua o una reiterada anécdota de nuestra historia patria. El Pantano de Vargas es el hogar de mucha gente.

Hoy pasamos en bici por allí y nos encontramos con un pelotón de miembros del ejército, tanques de guerra y banda militar, además de una bandera de Colombia gigantesca que cubría los cuarenta y siete escalones que conducen al dolmen recordando la edad a la que Simón Bolívar murió en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta. 

Pensamos que estaban preparando la llegada de un extranjero ilustre, pero luego recordamos que hoy precisamente es 25 de Julio, y que en este parador de bicicletas hace ciento noventa y ocho años, postillones de faldas aldeanas montaban otro tipo de caballos para librar una brutal batalla.


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