Cuando dejo de montar.....

Reserva Natural de La Zarza, Trinidad, Duitama, Boyacá (Foto de Adriana Cabrera Velásquez)

Hace tres semanas que no escribo en este blog y no es precisamente porque ya se me haya acabado la inspiración. 

Tuve que viajar fuera de Paipa y lejos de mis ciclistas durante este tiempo para hacer cosas importantes, pero esas actividades casi siempre significan dejar de hacer otras cosas igual de relevantes y sufrir las consecuencias de esa privación.

Para mí dejar de montar bicicleta por un tiempo significa sentirme cansada de "no hacer nada", desalineada por comer sin hacer ejercicio, desconectada de mis parces del pedal, y desalentada por la multa que mi cuerpo me va a pasar mañana cuando regrese a la bici y me vuelvan a costar trabajo cosas que ya lograba hacer fácilmente.

Extraño los kilómetros recorridos sin mí, las fotos de redes sociales en las que brillo por mi ausencia, mis uniformes, mis zapatillas, mi casco, mi cicla - que no sé si estará lista para mañana o si también me pasará cuenta de cobro-. 

Mi grupo me espera con nuevas integrantes por conocer, nuevas decisiones de las que no he hecho parte y planes de para una travesía este fin de semana para la que me siento muy poco preparada. 

Pero hay que darle. Como le dije a una compañera hace un momento, ese recorrido lo hice por primera vez hace un año, cuando tenía quince kilos más de peso y doce meses menos de experiencia. Respirando profundo y pedalenado despacito volver a retomar no puede ser tan grave.